lunes, 9 de mayo de 2011
Una prueba de fuego a mi ética profesional
Juro solemnemente usar mis conocimientos y habilidad para el beneficio de la sociedad protegiendo la salud animal,aliviando el sufrimiento de los animales y contribuyendo a mejorar la salud pública y el progreso de las ciencias médicas.
Esto fue lo que nos hicieron jurar al entregarnos el diploma de egresado de la Facultad de Ciencias Veterinarias en el año 2001, cuando me recibí como Doctor en Ciencias Veterinarias. Pero lo que no me contaron que ese titulo y esa ética profesional estaría en juego muchas veces de mi vida, además se les olvido comentar que mas de una ves estaría en la situación de decir Yo soy Veterinario y la salud de mi paciente es primero.
Por supuesto nadie me dijo que me llamarían a las 6 de la mañana un domingo porque su perro esta con un terrible caso de alergia y que en ese momento demostramos de que madera estamos hecho y no saben el esfuerzo extraordinario que tuve que hacer para levantarme y atender a este pequeño cocker spaniel con edema facial alérgico.
Los dueños estaban desesperados por lo feo que se veía el cachorro, que además era un caso sencillo, lo difícil es encontrar que fue lo que desencadeno la alergia. Después de unas horas de aplicarle un antihistamínico y un antialérgico se bajo la hinchazón y todo estuvo normal, lo simpático es que me fui para mi casa y mi hermano estaba igual.
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